La historia del sofá, un mueble que data de las sociedades antiguas y hoy está en la sala de tu casa

¿Quién puede negar la afirmación de que el sofá es uno de los lugares predilectos por excelencia para descansar? Hoy cualquier sofá invita a compartir desde un momento con amigos hasta la intimidad de una buena película. 

Antes de que los muebles sofá se convirtieran en los sofá modernos que hoy conocemos, pasaron por distintas instancias y momentos tanto de su diseño como de su función. Para que hoy podamos encontrar todos los tipos de sofás que conocemos (como sofás para dormitorio, sofásrinconeros, sofás modernos, incluso sofa cama oferta de todo tipo de calidad) este mueble debió adaptarse a todo tipo de circunstancias.

Porque en otros momentos, los sofá cama eran muy diferentes a lo que encontramos hoy cuando tipeamos sofá cama en Perú en un buscador. Y por supuesto, si pensamos en su valor, hubieron momentos donde el sofa cama precio era completamente inabarcable para cualquier persona común.

El poder de los egipcios…

Los historiadores plantean que el origen del mueble sofá es milenario. Y noble, porque era un lugar donde solo quienes se encontraban por encima de la tierra de los mortales podían ocupar.

Al ser un símbolo de nobleza, el sofá también denotaba la riqueza. Y además, solo estaba garantizado para ser usado por nobles y reyes, es decir, aquellas personas que se consideraban superiores en las sociedades antiguas.

Hay que decir que no resultaban tan cómodos como los sofás de hoy, pero lo cierto es que resultaban ser mucho más acogedores que otros muebles a la vez que reafirmaban el status social.

… y el lujo y comodidad de los sultanes

Aparentemente, hay otro indicio que se tiene de los sofás: ni más ni menos que los antiguos sultanes, personas de quienes tenemos idea que se preocupaban por tener todos los lujos. Toda la comodidad que hoy disfrutamos y que bien podemos comenzar agradeciéndoles a ellos, los sultanes la utilizaban para sus tronos. Sí, has leído bien: un sofá era un trono.

¿Qué diferenciaba al sofá del sultán de cualquier silla o de otros muebles? Sencillamente,  incorporaba tejidos y cojines que lo hacían muchísimo más cómodo que todos ellos, además de marcarlo como un mueble diferencial donde no cualquiera podía sentarse.

Roma y el estallido de su popularidad

Quienes se encargaron de extender el uso del sofá fueron, sin duda, los romanos. En cada casa romana se podía encontrar en el comedor junto a la mesa un sofá, que invitaba a descansar, comer y charlar.

De cualquier modo, seguía siendo un mueble con un acceso más restringido; ni los niños, ni las mujeres ni los esclavos podían sentarse en ellos. Pero no era necesario ser el César para sentarse en uno de ellos, sólo había que tener dinero para comprarlo. Quienes no tuvieran el dinero continuaban sentándose en el suelo sobre mantas o alfombras.

Esta  realidad continuó durante la Edad Media donde solo poseían sofá aquellas clases más acomodadas.

La revolución industrial también llegó al sofá

Recién cuando mediaba el siglo XVIII, gracias al desarrollo que significó la industrialización inglesa, nuestro amado sofá comenzó a llegar a los hogares de los sectores medios y bajos de la población, comenzando a ocupar el lugar de mueble imprescindible que continúa al día de hoy.

Las primeras versiones del sofá estaban hechos de madera de pino, con asientos muy resistentes y duros, y cojines de tamaño más bien pequeño. A medida que los años pasaban, los cojines fueron aumentando su tamaño y fueron transformando al sofá de la era industrial en un mueble más cómodo.

Es en estos años en que se ve cómo comienza a mutar su función, ya que los sofás comenzaron a usarse para el descanso, como espacio donde se reunía la familia a compartir, como decoración en la sala donde se colocaba (como los sofá de dormitorio o salón).

A la par que mejoraba su diseño, fue haciéndose cada vez más popular. Y por eso, no son pocas las personas las que consideran al sofá como uno de los mejores inventos que debe estar sí o sí en toda casa.

El sofá en el siglo XX

La década del 60 marcó el antes y después de la evolución del sofá. Comenzaron a utilizarse nuevos materiales, y los colores aparecieron de una forma innovadora, al igual que la experimentación en distintos tamaños. El sofá se comenzó a ver como un objeto de decoración del hogar, como un mueble que puede vestir la habitación.

Pero al mismo tiempo, no solo se le dio importancia a la estética en el diseño, sino también a la comodidad. En suma, todo esto permitió que el sofá se convirtiera en un símbolo de buen gusto y modernidad que continuó desarrollándose en las décadas venideras.

El sofá en tiempos (pos)modernos

Más allá del uso cotidiano en el hogar, el sofá es un mueble muy retratado en la cultura popular del último siglo gracias a la televisión. No son pocas las sitcoms que utilizan la referencia del sofá como el lugar donde los personajes comparten su vida, como en el caso de Friends, o incluso de Los Simpson.

El sofá se convierte en un escenario central en todos los productos de la cultura de masas. No solo en las comedias se pueden ver, sino también en diversos programas de entrevistas, donde la conversación sucede en un ambiente intimista. Y adivinen qué es lo que debe haber en esos escenarios. Claro que sí un bonito sofá que invite a la charla.  

Músicos, influencers, políticos nos cuentan desde un sofá todo tipo de anécdotas, angustias, sorpresas y paradójicamente… del otro lado, no somos pocos los que los miramos mientras estamos sentados en nuestro sofá.

Definitivamente, el sofá es el lugar de las confidencias, de la intimidad de cada uno de nosotros. Si los sofás, desde aquellos de la antigüedad hasta los del día de hoy, pudieran hablar, de seguro no les faltarían anécdotas, y podrían contar todo tipo de historias.

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